nos revele otra vez el viejo truco
con que el papel se sacia en nuestros dedos.
Convinimos en que la soledad
reparase tortugas y jirafas,
rinocerontes,
ciervos
que adivinasen su propio rescoldo.
La noche que nos llevará ventaja
ya ha doblado la luna entre los discos
de Bob Dylan,
luego ha desordenado
la ciudad
con tal de que parezca
todo lo que imaginan nuestras manos.
(Este poema obtuvo un accésit en el concurso El Drag de Poesía de la Universidad de Cádiz)
Los siguientes sonetos forman parte de LA TIERRA ENCENDIDA, Premio El Drag de la Universidad de Cádiz.
LA TIERRA ENCENDIDA
I
Al morirme se encenderá mi hoguera,
otra vez arderá después de ardida
la ceniza que me hizo a su medida;
será el fuego que fue mi calavera.
toda la tierra quedará encendida;
se irá acercando mi llama a la vida
y empezaré a vivir sin que yo muera.
a tanta noche sólo pido el día,
a un resplandor aspira mi ceguera.
No rondará el helor la fosa fría
si yazgo por vivir de esta manera.
II
¿No ves, muerte, que no tenemos liza;
que donde tú hieres yo no batallo,
que nos miramos sólo de soslayo
sin que mi llama llegue a tu ceniza?
no te ofrezco carnaza; no me hallo
donde tú vienes. Ni soy tu vasallo
ni pierdo si eres también perdidiza.
si ignoro incluso lo que de ti espero,
si cuanto espero de ti es cuanto ignoro.
a mí tú no me sabes pues si muero
no es mi vida en las astas de tu toro.
III
Si sé que muero de qué me aprovecha
sin entender eso que aún no puedo,
si soy ceniza bajo de mi miedo,
si lo que ha de venir sólo es sospecha.
para salir de donde ahora me hospedo,
si he de perder todo lo que me quedo,
si la fosa cada vez más se estrecha.
que vivo a condición de que me muera,
que tengo que morir para la vida.
con esperar lo que no tiene espera,
con no olvidar lo que nunca se olvida.
IV
Será la muerte donde fue mi sueño.
Se irá durmiendo en mi pecho dormido,
la arropará del frío mi latido
sobre ese lecho del que fui yo dueño.
y a mi piel su sopor desconocido.
Al poco narcotizará mi olvido,
en dejar yo de ser pone su empeño.
todo este despertar para ser nada,
este ir a ningún lado por derecho.
ni ceguera que ciegue la mirada,
ni herida que devore por mi pecho.
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